martes, 17 de julio de 2012

El Círculo




                                                    Carla de 6 años me lo dibujó mientras se encontraba en el hospital
                                                                                       esperando a que cesasen sus vómitos.




   En la terraza de casa hablando con el padre de mi vecino frente a una limonada bien fresquita. A. tiene 65 años.

  Yo he cambiado. He cambiado porque creo que es necesario adaptarse, adaptarse al entorno para poder comunicarse. Antes era muy rígido con mis valores. A mí me habían llevado a buen puerto y pretendía que fuese así para todo el mundo; quería que el sufrimiento fuese menor para el otro. Pero aunque tú "veas"..."veas" porque has pasado por ahí...es importante respetar la libertad del otro. Es importante que cada uno acepte las consecuencias de sus acciones porque eso es lo que te hace crecer como ser humano. Aunque también es importante saber que a veces es necesario actuar cuando ese sufrimiento pueda llevar a una persona a una situación de autodestrucción. Es difícil...es difícil encontrar el punto medio...pero es fundamental ir a su encuentro porque, si no, uno oscila constantemente entre la apatía y la desilusión, y el conflicto y el enfrentamiento continuo. Y esto no es bueno.
   La interacción, la comunicación entre unos y otros nos edifica por dentro. Los seres humanos tenemos que tender a ser cada vez más humanos.

  A veces te encuentras con personas o con culturas que te parecen muy diferentes a la tuya. Por ejemplo, los chinos. Mi hijo está en China y de vez en cuando le hago una visita. Yo me fijo mucho en los chinos. Parecen distantes y fríos pero no es verdad. Ellos viven en un país con una política muy restrictiva (hay un espía en cada esquina) pero cuando voy a comprar a la frutería, sin entender nada de las palabras que me dice la frutera, por su mirada, veo su deseo de amistad y comunicación. El no entender las palabras favorece eso, que te fijes más en los gestos, en la comunicación no verbal. Al final acabamos los dos riéndonos y me marcho con la sensación que te decía: el ser humano es el mismo en cualquier rincón del mundo.

   Cuánto más viejo soy, más implicado me siento con la humanidad. Porque no hacerlo sería un acto de cobardía, de traición. La humanidad necesita de mucho consuelo...sobre todo ahora...ahora que los miedos están disparados y están provocando que todo el mundo entre en pánico. Y el miedo cuando te bloquea, cuando no tiene utilidad práctica, es muy perjudicial dejarse llevar por él.

   Así que ahora no paro. No paro hasta que mi cabeza reposa sobre la almohada por las noches.



   La vida nos facilita el aproximar los extremos de lo que parece una secuencia lineal para así poder experimentarnos desde un espacio-tiempo más sabio, más tierno,

 MAS HUMANO.

 La comunidad no se puede mantener en un nivel demasiado alto. Florece mejor en los valles del Alma que en las alturas del Espíritu (El Cuidado del Alma de Thomas Moore).


  RSB